Método Wim Hof: Mi opinión tras 500 días de práctica ininterrumpida. ¿Vale la pena?

Te cuento los beneficios que experimenté y lo que me hubiera gustado saber antes de comenzar a practicarlo.

Revisado por Lic. Jacqueline Sabaj, Psicóloga
Jacqueline Sabaj, Psicóloga

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Jacqueline Sabaj, Psicóloga

Jacqueline Sabaj es Licenciada en Psicología especializada en psicoterapia con orientación cognitivo-conductual.


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Wim Hof practicando el Método Wim Hof
/ Crédito... Foto por WimHofMethod.com

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Escritor y periodista especializado en calidad de vida y caminos de autorrealización.

Llevo casi un año y medio practicando a diario el Método Wim Hof (en adelante, WHM). 500 días consecutivos, cuyo correlato son 500 días sin haberme enfermado, atento a que la mínima afección (un leve dolor de cabeza, resfrío, malestar estomacal o lo que fuere) habría sido suficiente para que ese día resignara los ejercicios respiratorios y la ducha helada. No puedes sostener el WHM si no te sientes bien, es así de simple.

Por contrapartida, si empiezas a practicarlo y eres perseverante, rápidamente entrarás en un círculo virtuoso que se irá retroalimentando: cada vez te sentirás mejor, y eso, a su vez, te impulsará a que continúes progresando en la implementación de la técnica. El WHM mejorará tu calidad de vida, y podrás percibir sus efectos benéficos desde el primer día. Créeme, te asombrarán los resultados.

Si te interesó nuestro artículo anterior sobre el Método Wim Hof y te atrae la idea de comenzar a experimentarlo pero aún no te decides, te compartiré mi experiencia personal, algunos tips y las respuestas a ciertos interrogantes que hubiera deseado conocer antes de haber empezado a practicar el método. Quizás eso te anime a dar el primer paso. Por supuesto que vale la pena.

¿Qué es el método Wim Hof?

El Método Wim Hof es una práctica sencilla –combinación de ejercicios respiratorios, exposición al frío y atención plena– que te permitirá incrementar notablemente tus niveles de energía, mejorar tu calidad de sueño y potenciar tus defensas naturales, entre tantos otros beneficios. En palabras de su creador[1], “volviéndote más fuerte, feliz y saludable, de múltiples maneras”.

En nuestro artículo anterior expusimos en detalle los beneficios del WHM (demostrados científicamente) y explicamos cómo practicarlo paso a paso, así como las precauciones que deberías tener en cuenta. A continuación te revelaré ciertos detalles de mi práctica personal que podrían llegar a resultarte útiles.

Mi experiencia, tras haber practicado el Método Wim Hof todos los días por casi un año y medio

Lo que me impulsó a conocer el WHM y comenzar a aplicarlo de inmediato fue un hecho fortuito. En marzo del año pasado –semanas antes de que se decretara la cuarentena en la Argentina–, la empresa distribuidora de gas cortó el suministro en todos los departamentos de mi edificio para llevar a cabo arreglos estructurales en las tuberías.

Por antecedentes similares en mi barrio y en los aledaños, todos sabíamos que ese tipo de cortes podían extenderse por muchos meses. Por ello, la mayoría de mis vecinos optaron por comprarse calefones o termotanques eléctricos, para poder disponer de agua caliente hasta que se restableciera el suministro de gas.

Por mi parte, como no soy friolento y aún estábamos en verano, vislumbré en aquella crisis una buena oportunidad para comenzar a practicar alguna técnica de superación personal que incorporara duchas frías, y ya me había llegado –a través de distintos canales– la información de que un tal “Iceman” había desarrollado un método revolucionario en ese sentido.

Investigué un poco y me lancé a practicar el WHM sin la app, simplemente habiendo visto las tres mini-clases gratuitas de Hof (tienen subtítulos en español):

  1. El poder de la respiración.
  2. El poder de la terapia del frío.
  3. El poder de la mente (compromiso).

Paralelamente, me resultó muy valioso el aporte del Dr. Sebastián La Rosa, médico, profesor universitario e influencer, que produjo un video sumamente didáctico sobre el WHM, a partir de su propia experimentación con cada uno de los tres pilares.

Al poco tiempo comencé a usar la app del WHM. En los foros, las opiniones de los usuarios en torno a esta aplicación están bastante divididas: hay tantos defensores como detractores, en especial en cuanto al fee mensual que se cobra tras el período de prueba gratuito. A mí me funciona, pero tú deberás experimentarlo por ti mismo y sacar tus propias conclusiones.

El corte de gas en mi edificio se prolongó por dos meses y medio, por lo que todo ese tiempo estuve practicando el WHM solo con duchas frías. Tras la reconexión pude empezar a incorporar las duchas calientes a mi rutina, tal como lo hago actualmente, y eso significó un “salto cuántico” en mi experiencia. Comienzo con el agua fría, luego paso a la ducha caliente y finalizo con agua fría nuevamente.

Las duchas híper calientes (lo más calientes que puedas soportar) potencian los beneficios del método. Te facilitan el automasaje en las articulaciones, en especial, en codos y rodillas, y, en conjunto con el agua helada, proporcionan un bienestar que deberás experimentar, ya que es difícil de describir con palabras.

Tal como lo explica el Dr. La Rosa, estos contrastes de temperatura generan un efecto tan estimulante del sistema autónomo, que contribuyen a disminuir masivamente la inflamación y a aumentar la producción de telómeros, asociados al rejuvenecimiento celular. Además, activan la norepinefrina, un neurotransmisor vinculado con el estado de ánimo.

En invierno, cuanto más fría salga el agua, mayor bienestar experimentarás tras haber concluido con las duchas. Podría decirse que la incomodidad inicial que produce el agua helada es directamente proporcional a la plenitud que sentirás una vez que hayas concluido con tu baño y estés desayunando.

La propia continuidad diaria en la práctica del método, sobre todo cuando ya lleves en tu haber unos cuantos meses ininterrumpidos, te incentivará a no desistir. Notarás cómo se irá consolidando tu fuerza de voluntad, sobre todo si le asocias al WHM otros hábitos saludables, como meditación, yoga, pranayama, running, caminatas, grounding y actividades análogas.

¿Cuánto se tarda en notar los beneficios?

Una de las características más destacadas del WHM es que puedes percibir algunos de sus efectos benéficos desde el primer día. Es más, los notarás apenas te pongas a respirar; y ni te cuento cuando te des la primera ducha helada…

En mi caso, lo más inmediato que experimenté fue un subidón notable en mis niveles de energía, que arrancaba temprano a la mañana y se prolongaba durante el resto del día. Eso, sumado a una mayor capacidad de concentración, claridad mental y creatividad, fue repercutiendo positivamente tanto en mi trabajo de ghostwriter como en mi  meditación budista cotidiana.

Con el paso de los meses, fui notando otros efectos benéficos de mediano y largo plazo:

  • No me enfermé ni un solo día (ni el más mínimo malestar).
  • Mejoró la calidad de mi sueño.
  • Comprobé el poderoso efecto desinflamatorio del WHM sobre mis articulaciones, en especial, en rodillas y manguito rotador (hombros).
  • Erradiqué por completo un catarro fuerte que venía padeciendo recurrentemente los inviernos anteriores a estos últimos dos. La alternancia de las duchas frías con duchas muy calientes (que hacen las veces de nebulizaciones de vapor de agua) fortaleció mi sistema respiratorio.

Lo que desearía haber sabido antes de comenzar a practicarlo

Humildemente, considero que no se hace hincapié suficiente en que el tercer pilar es el más importante de los tres, ya que sostiene a los otros dos. Incluso Wim Hof, en sus mini-clases, le dedica mucho menos tiempo a este pilar que a los restantes, y lo mismo sucede con la enorme cantidad de artículos sobre el tema que circulan en internet: al tercer pilar no se le da la importancia que se merece, y esto tiene implicancias que atentan contra la propia efectividad del método.

Me hubiera encantado encontrar algún artículo que enfatizara este punto, y que incluso sugiriera formas de reforzar el componente de la atención plena, la meditación y el compromiso, que es lo que asegura la continuidad de la práctica del WHM. Si no ejercemos nuestra fuerza de voluntad, es muy poco probable que alcancemos a percibir los beneficios del método a mediano y largo plazo.

También podría decir que me hubiera gustado conocer desde un comienzo las respuestas a unos cuantos interrogantes que se fueron develando por sí solos, en el devenir de la práctica; pero lo cierto es que el haber ido descubriendo por las mías esas respuestas le dio más valor a la experiencia.

Por ejemplo, fui explorando las posibilidades de meditar durante las retenciones de aire –sin el soporte de la respiración, obviamente– y presenciar el aquietamiento de mi mente, aun ante las condiciones extremas de la apnea, al punto de llegar a percibir los latidos de mi corazón.

Otro tema que puede prestarse a confusión es el relativo a si se debe respirar por la boca o por la nariz durante los ejercicios. A pesar de que Wim Hof no indique expresamente que se debe respirar por la boca, en todos sus videos lo hace de esa forma. Por otro lado, que la respiración sea por la boca nos facilita que alcancemos la tan buscada hiperventilación controlada.

Cabe aclarar que la hiperventilación es aquella respiración excesiva y superficial (no profunda) que está por encima de las necesidades de nuestro cuerpo y que se produce en determinadas circunstancias estresantes. Es un efecto no deseado, pero si es controlado, puede aportar los beneficios propios de la hormesis[2].

Lo más común es que la hiperventilación no buscada se produzca por la boca, y por eso es preferible hacer la respiración Wim Hof de esta manera, y no por la nariz, pero esta es una conclusión personal; desde ya que puedes hacer la prueba de respirar por la nariz durante los ejercicios y comprobar si eso te resulta más efectivo.

Consejos personales sobre los tres pilares

  1. Considera el tercer pilar como el más importante de los tres. Enfócate, mentalízate antes de comenzar y comprométete a poner en marcha tu práctica de la manera más responsable y consciente posible. La atención plena debe ser tu GPS, el que te orientará a cada paso para que llegues al destino deseado: tu máximo bienestar psicofísico.
  2. Haz los ejercicios respiratorios con eso en mente. Pon atención plena en las inhalaciones y exhalaciones, y agudízala aún más durante las retenciones. Aprovecha esos momentos de apnea para transformarlos en una práctica meditativa. Explora el silencio y no te dejes apabullar por el torrente de pensamientos. Escucha los latidos de tu corazón e intenta relajarte, a pesar de estar conteniendo la respiración.
  3. Cuando te sientas preparado, arranca tus duchas directamente con agua fría. Luego pasa al agua caliente (lo más caliente que puedas), de manera que el vapor transforme tu cuarto de baño en un sauna. Aprovecha el efecto benéfico del calor intenso para masajearte las articulaciones, el cuello, la cintura, y luego pasa al agua fría nuevamente. Comprobarás que es mucho más fácil soportar el agua helada esta segunda vez que la primera. Bajo el chorro de agua fría, antes de finalizar tu ducha, tensa todos los músculos de tu cuerpo por unos segundos y luego relájalos. Repite este ejercicio un par de veces antes de cerrar el grifo, y notarás su contundente efecto tonificante.

¿Para quién no es recomendable el Método Wim Hof?

En uno de sus libros[3] más recientes, Wim Hof enfatiza que cualquier persona sana, mayor de 16 años, puede practicar su método. Asimismo, recomienda que no lo hagan aquellos que padecen o han tenido antecedentes de epilepsia, hipertensión arterial no tratada, alguna afección coronaria (como insuficiencia cardíaca o angina de pecho) y accidente cerebrovascular. El WHM tampoco es recomendado para embarazadas, ni durante el período de lactancia.

No obstante, conozco personas que son hipertensas (medicadas) o que han padecido alguna afección cardíaca, y sin embargo practican regularmente el WHM sin problemas. De más está decir que si tu caso particular se encuadra en alguno de estos supuestos, deberías consultar a tu médico antes de comenzar a ejercitarlo.

Por otro lado, una respuesta apresurada e irreflexiva a la pregunta que titula este apartado podría ser que si eres extremadamente friolento, el Método Wim Hof no es para ti, pero lo cierto es que… ¡es exactamente al revés!

En conclusión, ¿vale la pena?

La respuesta es la que ya te imaginas: por supuesto que vale la pena practicar el Método Wim Hof, y ese es el motivo por el cual, tras 500 días, continúo ejercitándolo con entusiasmo y no dejo de recomendarlo.

Ahora bien, quizá te preguntes cuál es la cantidad mínima de días que deberías practicarlo ininterrumpidamente para asegurarte de que entrarás en el tan mentado círculo virtuoso que, a su vez, te motivará a no dejar de hacerlo…

A pesar de que eso es algo bastante personal e intransferible, me atrevería a decir que tres meses, de arranque, funcionarán bien. No desistas antes de ese lapso, y verás que tu esfuerzo habrá valido la pena. ¡Buena suerte!

3 Fuentes

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Fuentes

  1. Wim Hof y Koen De Jong. El poder del frío. ¿Qué puedes aprender del Hombre de Hielo?. Ediciones Obelisco, Barcelona. 2017. ISBN: 9788491112068ISBN: 9788491112068.
  2. Scott Carney. What Doesn't Kill Us: How Freezing Water, Extreme Altitude, and Environmental Conditioning Will Renew Our Lost Evolutionary Strength (Foreword by Wim Hof). Harmony/Rodale. Nueva York. 2018. ISBN: 9781635652413.
  3. Wim Hof. The Wim Hof Method: Activate Your Potential, Transcend Your Limits. Random House. Nueva York. 2020. ISBN: 9781683644095.

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Autor

Boris Krygel es escritor y periodista especializado en calidad de vida y caminos de autorrealización. Fundó y dirige la consultora de generación y optimización de contenidos AKHYANA - Comunicación Responsable, a través de la cual brinda servicios de redacción, corrección y edición integral de textos, ghostwriting y storytelling. Es budista practicante desde hace más de 20 años (budismo tibetano, linaje Kagyu).

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