¿Son Violentos los Asperger? Cómo Calmar y Evitar Agresiones

La verdad sobre las conductas violentas en el síndrome de Asperger.

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Mujer gritando de perfil

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Licenciada en Psicología especializada en psicoterapia cognitivo-conductual

Existen muchos mitos en torno al síndrome de Asperger. Uno de ellos dice que las personas con Asperger son violentas. Creo que es importante eliminar este tipo de errores provocados por la ignorancia. Por eso, investigué el síndrome de Asperger en profundidad y llegué a una conclusión.

Entonces, ¿Son violentos los Asperger? Las personas con síndrome de Asperger no son violentas. Las conductas agresivas siempre tienen una justificación y son en respuesta a la comprensión diferente que ellos hacen de las situaciones sociales.

La causa principal de conductas agresivas son los problemas de comunicación. Si bien se comunican usando un lenguaje formal, muestran dificultades respecto a la comprensión, lo que conduce a que no entiendan muchas expresiones.

Para poder comprender a las personas con síndrome de Asperger, hay que tener en cuenta las siguientes características. Esto evitará que se produzcan conductas agresivas.

Características del síndrome de Asperger

Existen al menos cinco características comunes en quienes sufren de Asperger:

1. Lenguaje formal

Las personas con Asperger no presentan retraso cognitivo. Si bien su forma de hablar es correcta y formal, puede haber alteraciones en el volumen de voz, entonación y ritmo.

No comprenden los dobles discursos, las bromas o las indirectas. Tampoco entienden de matices ni de metáforas. Hablan e interpretan en sentido literal.

Entender la forma en que procesan y emiten la información es esencial para evitar enfrentarnos a situaciones incómodas. Su frustración por ser incomprendidos puede desencadenar en conductas agresivas. 

2. Literalidad

Las personas con síndrome de Asperger entienden los enunciados en sentido literal. Es decir, al pie de la letra. La comunicación verbal no sigue esta ley y es motivo de frecuentes confusiones. Esto lleva a que no comprendan de manera acertada algunas expresiones.

Veamos un ejemplo. Si a un niño con síndrome de Asperger la maestra le dice “es hora de comer” probablemente no entienda que debe sacar su comida de la mochila. Es mejor decir: “ahora puedes comer”.

Supongamos que la maestra no tiene conocimientos de las características del síndrome y toma la conducta indiferente del niño como un acto de rebeldía o desobediencia. Si lo reprende, puede producir sin quererlo un estallido de agresividad. Dicho altercado es producto de la literalidad en la comprensión del niño y el desconocimiento del problema por parte de la maestra.

Los compañeros de clase al verlo con dificultades lo excluyen y se prepara el terreno para una crisis o una respuesta violenta ante tanta presión.

Una vez le preguntaron a un estudiante al que le gustaban los videojuegos, cuál ha sido el que le gustó más. Su respuesta fue que no los había jugado todos. La pregunta debía haber sido, ¿de todos los videojuegos que jugaste, cuál fue el que más te gustó?

3. Inflexibilidad

La flexibilidad tiene que ver con la capacidad que tenemos de adaptarnos a conceptos y situaciones cambiantes.

Son los hechos novedosos o inesperados los que producen en las personas con síndrome de Asperger reacciones de ansiedad que pueden desencadenar conductas agresivas.

Las reacciones violentas aparecen en este caso como respuesta a la incertidumbre que disparan los cambios.

Las personas que padecen este síndrome no se sienten cómodos cuando se modifica su rutina porque sienten tambalear su seguridad.

Las situaciones impredecibles o que no resulten familiares les provoca nerviosismo y en muchos casos no serán capaces de gestionar sus emociones con equilibrio. 

Los niños que se encuentren expuestos a cambios de adaptación al medio, por ejemplo una mudanza o escuela nueva, pueden ser susceptibles de tener berrinches y rabietas. 

Cuando las habilidades adaptativas no se encuentran a la altura de las circunstancias y la tolerancia a la frustración es baja, las respuestas pueden ser violentas.

Necesitan de una rutina y un entorno organizado para mantener un equilibrio emocional.

4. Baja empatía

El síndrome de Asperger puede definirse como una discapacidad social de aparición temprana que conlleva una alteración en la forma en cómo se procesa la información.

El bajo nivel de empatía es el aspecto más disfuncional del síndrome. Si bien la edad en que se detecta suele ser muy temprana (alrededor de los 3 años) muchas características se hacen notorias en la adolescencia cuando las habilidades sociales juegan un papel central.

Las personas con síndrome de Asperger tienen dificultad para interactuar con los demás.

Si bien la gravedad del trastorno es variable, se presentan con frecuencia comportamientos sociales inadecuados. Esto se debe a que no reconocen o malinterpretan los sentimientos o las actitudes de sus interlocutores.

Tienen problemas para entender las emociones de los otros. La expresión de sus propias emociones no se ajusta a patrones sociales mayoritarios debido a las distorsiones que tienen en la comprensión. 

En general, carecen de empatía y su círculo social es reducido por lo que buscan relacionarse con pares que tengan sus mismos intereses. Pueden ser coleccionistas o simplemente personas con una idea en común.

Muchos Asperger se centran en unos pocos intereses, a veces solo en uno.

En cuanto a las relaciones de pareja, se enamoran y son capaces de sentir afecto, si bien tienen dificultades para demostrarlo. La presión por parte de familiares o pareja los puede llevar a respuestas agresivas o comportamientos violentos como forma de defensa.

No se atiene a convenciones sociales. Es común que no haga regalos o salude en fechas de aniversarios o Navidad. 

Sus códigos de comportamiento no se corresponden con el colectivo. Una recriminación no es una buena respuesta y puede disparar una conducta inadecuada.

Muchos de ellos rechazan el contacto físico y no les gusta ser abrazados. El contacto visual es esporádico o nulo. No lo presione para que modifique su actitud. Necesitan de su paciencia y comprensión. Los estallidos de agresividad suelen responder a la presión del entorno.

5. Trastornos del procesamiento sensorial.

Algunas actitudes agresivas son una respuesta a la tensión que producen múltiples estímulos sensoriales. Puede tratarse de olores, sonidos, luces, incluso contacto físico. Este trastorno trae aparejado una acumulación de tensión que puede desembocar en una crisis.

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Es importante entender que quien padece este síndrome va acumulando tensión a lo largo del día. Dentro de los motivos se encuentran el acoso, la exclusión social, la frustración ante las dificultades de comunicación y la presión del entorno. La sumatoria de estas emociones los predispone a liberar la tensión que han tenido que soportar y es así como irrumpen los estallidos. A veces es la gota que llena el vaso y la respuesta es desproporcionada respecto a la situación que la disparó.

Estas crisis se pueden manifestar en agresiones hacia otras personas u objetos. Durante el ataque se llega a veces a romper cosas, golpear puertas o parte del mobiliario. El comportamiento es de enojo. Estas conductas violentas se dan como respuesta a la acumulación de tensión que han soportado.

Tenemos que entender que los niveles de estrés que siente la persona con Asperger son muy altos y pueden desembocar en respuestas agresivas como mecanismo de liberación emocional.

Hay que estar atento a las señales. La gran mayoría de las crisis se dan en el seno de la familia. Durante el estallido es mejor quedarse tranquilo, sin desafiar ni contradecir a la persona.

Una vez que el ataque de ira haya finalizado, es necesario reflexionar acerca de los motivos que lo dispararon. Hay que dejar claro que no se pueden permitir conductas agresivas. La clave es identificar los detonantes. Si sabes que es lo que causa los berrinches, es fácil desarrollar estrategias para mitigarlos.

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¿Cómo ayudar a una persona con Asperger?

No existe tratamiento porque no es una enfermedad. Es un trastorno crónico del desarrollo y de la información que persistirá de por vida.

Lo más conveniente es ayudarlos a entrenar las habilidades sociales y enseñarles a manejar la ansiedad. La terapia cognitiva conductual ha demostrado ser útil para controlar la tensión y las emociones que se desbordan [1].

La mejor forma de ayudarlos es no hacer estereotipos. Todos ellos son personas únicas. Crear un entorno de armonía que favorezca el diálogo nos permite anticipar comportamientos no deseadas.

La forma en la que reaccionamos a dichas conductas es clave para su modificación.

Resumiendo

No existen evidencias que vinculen el síndrome de Asperger con la violencia. Las conductas agresivas no son su objetivo sino sus consecuencias.

El síndrome de Asperger es un trastorno crónico del desarrollo que se caracteriza por una alteración en la forma en cómo se procesa la información. La característica principal tiene que ver con dificultades en el área de las interacciones sociales.

Algunas conductas agresivas pueden explicarse como consecuencia de un intento fallido por soportar agresiones y presiones del entorno. Asimismo, la inflexibilidad o rechazo a los cambios suele producir reacciones de enojo que pueden resultar difíciles de comprender para los demás.

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Fuentes

  1. Attwood, T. Modificaciones en la terapia cognitivo-conductual para adaptarse al inusual perfil cognitivo de las personas con síndrome de Asperger.

Por

Psicóloga

Jacqueline Sabaj es Licenciada en Psicología especializada en psicoterapia con orientación cognitivo-conductual. Se dedica al estudio de los desórdenes de la personalidad y centra su atención en cómo minimizar su impacto en la vida de las personas. Jacqueline completó su formación en la Universidad de la República del Uruguay.

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